Cheesecake: desde Grecia al mundo con amor

La tarta de queso es un postre con el que es difícil equivocarse, todo el que la haya probado puede recordar la cremosidad en la boca mientras se deshace en nuestra lengua. Un autentico placer. En nuestra casa en calle San Agustín tenemos dos tipos, la más clásica New York´s style y una receta propia con ingrediente secreto incluido, pero es un postre muy versátil del que existen muchísimas variantes. Hoy, os traemos una pequeña selección pero antes… ¿Fue Nueva York su lugar de origen? Vamos con un poquito de historia.

Nos subimos a la máquina del tiempo y retrocedemos unos cuantos miles de años, en concreto, a la Antigua Grecia y para ser más precisos a la isla de Samos. Se consideraba una gran fuente de energía y se afirma que esta tarta era uno de los alimentos más consumidos por los atletas de los Juegos Olímpicos, mucho después, allá por el año 230 d.C. se tiene constancia de la receta de la tarta de queso en diferentes textos del escritor Ateneo. Por aquél entonces, se fundía el queso con miel, se mezclaba con harina y se dejaba enfriar.

Cuando Grecia fue conquistada por los romanos, la tarta de queso se convirtió, literalmente, en un motín de guerra. Los romanos, añadieron a la receta huevo y pasaron a hornearla, cambiándole el nombre por Libuma. Con la extensión del Imperio Romano, también se extendió la receta por toda Europa, cada lugar al que llegaba variaba la receta adaptándola a gustos y tradiciones locales. En el siglo XVIII fue cuando empezó a parecerse a la receta que hoy podemos degustar y como ocurre con Halloween, fueron los primeros colonos europeos que llegaron a América los que hicieron que esta receta cruzara el charco.

Nuestra tarta de queso junior´s, estilo Nueva York

Esta vez, la máquina del tiempo nos lleva a Nueva York y al año 1872. Año en que se le añadió a la receta el queso en crema dándole esa característica suavidad y cremosidad a la tarta. Este gran acertado cambio se debe a un quesero neoyorquino cuando por casualidad, creó el famoso Philadelphia Cream. Con este cambio de queso, la tarta puso a sus pies Nueva York, pero aún tenía que variar un poco más para que lleguemos al famoso estilo de la ciudad. ¿A quién se le atribuye? Pues a Arnold Reuben, un inmigrante judío-alemán que fue a Estados Unidos para dedicarse a la restauración y que tras probarla, se puso manos a la obra hasta que consiguió la receta que conocemos hoy en día. Sin embargo, se le atribuye a Lindy´s Restaurant ponerla en el candelero de Nueva York, tras abrir una tienda de delizatessen en Broadway donde presentaron una tarta de queso cremoso cubierta de mermelada de fresas. Fue y es tan buena, que esa receta ha conseguido borrar la historia de la tarta de queso y que popularmente se asocie al cien por cien con la famosa ciudad.

En la actualidad, el 30 de julio se celebra el Día Nacional de la Tarta de Queso y el 23 de abril el Día Nacional de la Tarta de queso con Cerezas.

La tarta de queso por el mundo

Grecia

El país de origen de esta receta, usan queso mizithra en su receta, con un fuerte aroma y sabor suave. Su tarta de queso no tiene corteza y la rellenan de diferentes ingredientes como pasas, almendras…

Francia

En este caso usan el queso Neufchatel, el resultado es menos dulce y suele ser más bajita respecto de la que estamos acostumbrados.

Italia

En Italia usan queso ricota o mascarpone y también añaden ruta confitada a la masa. El resultado es más seca que el famoso estilo neoyorquino.

Alemania

Aquí la llaman Käsekuchen y usan el queso quark que le da un sabor agridulce a la tarta, su masa es recién hecha en vez de ser galleta triturada.

Japón

La llaman Fuwa-fuwa y se asemeja más a un bizcocho que a una tarta.

Brasil y Argentina

En estos países se caracteriza por estar cubierta por una capa de mermelada de guayaba.

Reino Unido

La diferencia local que podemos encontrar en Reino unido es en la corteza, usan una combinación de galletas locales trituradas y untadas con mantequilla.

San Agustín

Para terminar este viaje no podemos dejar de hablar de nuestra tarta de queso. A sus ingredientes clásicos añadimos uno que guardamos bajo llave, un toque especial que muy pocos conocen aportando un extra de cremosidad.